Las Minhocas

Las Minhocas es un espacio de acompañamiento a la crianza que acoge a niños y niñas hasta los 4 años. Es un proyecto vivo, que evoluciona y que se adapta en todo momento a las necesidades y procesos individuales y al contexto familiar.

En las Minhocas creemos en la espontaneidad y en la capacidad innata de los niños para descubrir el mundo, y propiciamos un ambiente en el que se respira amor y respeto mutuo. A pesar de que no nos adscribimos a ninguna teoría de manera excluyente, la pedagogía viva, activa y respetuosa es la que concuerda más con nuestra visión de la educación.

Nuestra historia


El proyecto las Minhocas nace en el año 2012 como un grupo de crianza compartida creado por seis familias y la educadora Claudia Cabral que acompañaba las sesiones.

Durante el curso 2014-15, debido a las diversas realidades familiares y laborales que se presentaron en el grupo, se decidió mantener el espíritu y seguir compartiendo muchas maneras de ser y hacer de un grupo de crianza compartida, pero sin que las familias que participan en el proyecto tengan la responsabilidad y la obligación de turnarse para el cuidado de los niños y niñas. Es por esta razón que des del año 2014 el equipo pedagógico pasa a gestionar el proyecto.

Metodología


Nuestra propuesta pedagógica parte del respeto a los niños y de nuestra capacidad de adaptación a sus necesidades, procesos y contextos personales a lo largo de su desarrollo. Somos un proyecto ecléctico y para poder cumplir con nuestra propuesta no excluimos ninguna teoría pedagógica. Nos sentimos muy cómodas con los principios que plantean Maria Montessori, Jean Piaget, la pedagogía Waldorf, Paulo Freire y Emmi Pikler, entre otros. No dejamos de aprender de ellos y de utilizar los planteamientos que mejor se adapten a cada circunstancia.

Nuestra labor como acompañantes consiste en generar un espacio de seguridad, amor y respeto mutuo, teniendo en cuenta las necesidades y los ritmos evolutivos y madurativos de los niños y niñas. Por este motivo, las actividades en Las Minhocas se desarrollan de manera espontánea y surgen de sus deseos e iniciativas. Esta estructura y manera de hacer se complementan con el trabajo del equipo pedagógico, que se encarga de ofrecer propuestas y materiales que permitan a los niños y niñas tener a su alcance una amplia variedad de opciones. Nuestro espacio está pensado y preparado para que puedan explorarlo de manera autónoma y segura.
Consideramos que la cotidianidad forma parte de las vivencias de los niños y niñas. Estamos vinculados al barrio y a sus vecinos. Salimos a las plazas, a los parques infantiles, a las bibliotecas y a descubrir los distintos rincones de la ciudad. El contacto con la naturaleza está siempre presente: tenemos y cuidamos un pequeño jardín con árboles frutales y hacemos excursiones a espacios verdes.
En las Minhocas jugamos y nos comunicamos en catalán, castellano y portugués.

El proceso de adaptación


Del mismo modo que sucede con una amistad, la adaptación a un nuevo lugar es un proceso que se va fraguando lentamente: los niños y las niñas descubren el espacio físico, lo exploran; poco a poco, van estrechando lazos con las educadoras y con sus compañeros de juego y, con el tiempo, se sienten preparados para disfrutar de este entorno de manera independiente. Teniendo esto en cuenta, entendemos que la adaptación es un proceso al que no se puede asignar un plazo determinado, sino que debe seguir el ritmo de los niños y niñas, de sus familias y sus realidades durante el tiempo que sea necesario.

Las familias son una parte fundamental de este proceso y en Las Minhocas nos encargamos de que se sientan cómodas, seguras y acompañadas en esta nueva etapa. Los mensajes y las fotografías ayudan a que estén informadas en todo momento y se sientan partícipes del día a día, especialmente cuando el proceso de adaptación ha finalizado y ya no acompañan físicamente a sus pequeños en nuestro espacio.

Un día en Las Minhocas


Nuestro día comienza a las 9:30 con una entrada relajada y con flexibilidad horaria. Es un momento para saludarse y para compartir con las familias. Durante la mañana, los niños y niñas juegan espontáneamente. Mientras desarrollan su juego, siempre tienen fruta fresca a su alcance. Según las necesidades y los intereses del grupo, las acompañantes ofrecen distintas propuestas, tanto dentro del espacio como fuera del mismo. Al mediodía, los niños y niñas se alimentan conforme a sus necesidades y gustos, favoreciendo la autorregulación en la cantidad y en la variedad de alimentos que desean ingerir. Después de comer, nos lavamos los dientes y preparamos el ambiente para descansar.

Al final del día, después del descanso, ofrecemos fruta o algún alimento ligero y a partir de las 15:30 tomamos conciencia de que es el momento de marchar. Es la hora en que empiezan a llegar las familias. Las Minhocas está abierto hasta las 16:00. Los rituales del día a día son siempre flexibles y respetuosos con las  necesidades individuales.